La innovación siempre se ha visto como un área independiente, un grupo de personas que investigan y desarrollan, en muchos casos desconectados de la realidad del negocio y las necesidades de los clientes. Por otro lado, las áreas tecnológicas en muchos casos trabajan en silos, con un enfoque más IT, pegada a la ejecución, sin poder aportar visión y estrategia.